Los sectores más vulnerables frente a la competencia externa defienden la estrategia oficial, mientras que los grandes grupos la observan con preocupación. La baja de importaciones, de todos modos, la atribuyen al menor nivel de actividad.
Los controles a las importaciones que aplica el Gobierno generan contradicciones al interior de la Unión Industrial Argentina. La mayor protección a las empresas nacionales es celebrada por los sectores más vulnerables frente a la competencia externa, como los productores de textiles, calzados, juguetes y siderurgia, entre otros, pero es vista con recelo por el ala más liberal, vinculada sobre todo con los grandes grupos fabriles. Estos últimos dicen sentirse preocupados ante la eventualidad de que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, trabe el ingreso de insumos necesarios para la producción y termine afectando su nivel de actividad. El funcionario conoce esa postura y hace poco por tranquilizarlos, más allá de que su mano derecha, Beatriz Paglieri, y la ministra de Industria, Débora Giorgi, se ocupan de evitar inconvenientes en la producción. Ambas se reúnen tres veces por semana para revisar las quejas o planteos de cada rubro y darles solución rápida si existen riesgos para su trabajo, de acuerdo con lo que dicen fuentes oficiales.